Caminar por Córdoba me produce una sensación rara, una mezcla de percepciones y sentimientos que hacen que admire y maldiga esta ciudad.
Caminar por Córdoba enciende mi percepción, me obliga a descubrir y redescubrir ámbitos, lugares entrañables que duermen en mi conciencia porque alguna vez los vi, pero nunca los llegué a admirar.
Caminar por Córdoba, perderme en su historia, transitar por sus anécdotas. Y así llegué a un lugar donde la memoria, maravilla del intelecto que no conoce espacio ni tiempo, se torna tangible.
El Almacén de la memoria, casona antigua que alguna vez navegó por las inundaciones producidas por el viejo cauce de La Cañada, guarda en su interior recuerdos de los comienzos y del transcurrir del tiempo de esta ciudad.
José Tucci, inmigrante italiano, era el propietario del lugar construido en 1914 y que, en ese entonces, funcionaba como almacén de ramos generales. Su fachada emula la proa de un barco, símbolo del arribo de los inmigrantes a nuestro país.
Ubicado en el antiguo barrio de “pueblo nuevo” (hoy Güemes) entre las calles Fructuoso Rivera y Belgrano, lo habitantes de Córdoba se abastecían allí de comida, ropa y demás elementos útiles para el hogar.
Hoy funciona como museo, conocido como la “Casa de Pepino” o “Almacén de la memoria”, inaugurado en diciembre de 2005, orientado a recuperar aquellas cosas que fueron formando la identidad de los cordobeses.
La Papa de Hortensia es la temática de la muestra que se exhibe en septiembre, Chaveta y Negrazón esperan la llegada de las vistas al costado de su motocicleta en el salón principal.Además en el primer piso de la casona funciona un Espacio de Arte Contemporáneo. ¿Bordan? es el nombre de la muestra actual.
Caminar por Córdoba enciende mi percepción, me obliga a descubrir y redescubrir ámbitos, lugares entrañables que duermen en mi conciencia porque alguna vez los vi, pero nunca los llegué a admirar.
Caminar por Córdoba, perderme en su historia, transitar por sus anécdotas. Y así llegué a un lugar donde la memoria, maravilla del intelecto que no conoce espacio ni tiempo, se torna tangible.
El Almacén de la memoria, casona antigua que alguna vez navegó por las inundaciones producidas por el viejo cauce de La Cañada, guarda en su interior recuerdos de los comienzos y del transcurrir del tiempo de esta ciudad.
José Tucci, inmigrante italiano, era el propietario del lugar construido en 1914 y que, en ese entonces, funcionaba como almacén de ramos generales. Su fachada emula la proa de un barco, símbolo del arribo de los inmigrantes a nuestro país.
Ubicado en el antiguo barrio de “pueblo nuevo” (hoy Güemes) entre las calles Fructuoso Rivera y Belgrano, lo habitantes de Córdoba se abastecían allí de comida, ropa y demás elementos útiles para el hogar.
Hoy funciona como museo, conocido como la “Casa de Pepino” o “Almacén de la memoria”, inaugurado en diciembre de 2005, orientado a recuperar aquellas cosas que fueron formando la identidad de los cordobeses.
La Papa de Hortensia es la temática de la muestra que se exhibe en septiembre, Chaveta y Negrazón esperan la llegada de las vistas al costado de su motocicleta en el salón principal.Además en el primer piso de la casona funciona un Espacio de Arte Contemporáneo. ¿Bordan? es el nombre de la muestra actual.
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